Denuncia pública
Publicidad fraudulenta
Esto me pasó a mí. Hace algunos días el destino me sorprendió completamente mojado en la ducha y con la botella de shampoo vacía. Alcancé a divisar unos sachecitos de shampoo comprados por mis padres ante la emergencia, pero es proverbial la imposibilidad de abrir un sachet de shampoo con las manos completamente mojadas, por lo que opté por el plan C: El shampoo de mi sobrinita.
Hace algunos años la empresa Johnson&Johnson publicitaba por televisión un nuevo producto, el Johnson Baby Shampoo, cuya novedad, todo un avance de la ciencia, era el hecho de que, en caso de introducirse producto en los ojitos de los usuarios, no provocaba irritación. "No más lagrimas" era el slogan. Incluso aparecían niñitos (hasta uno negro) bañandose, con la cabeza llena de shampoo y sonriendo.
Bueno, ES FALSO. Me lavé el cabello con este shampoo, se me metió un poco en los ojos, y lloré, les juro que lloré. Al salir de la ducha y observarme en el espejo, mis ojos habían adquirido el diseño del mapa rutero de la provincia de Buenos Aires.
Basta de dejarnos engañar por estas multinacionales y sus publicidades fraudulentas. Hagamos algo.